La fineza de la Misericordia



Dolor de entrañas sólo puedes sufrir por tu madre, o tu padre, o tus hijos y tus hermanos. Sentirlo por todos sólo le cabe a Dios. Dar de lo que te duele es lo más virtuoso, por ejemplo, duele perder el tiempo, entregar la vida, tener enajenando el corazón.

Tienes inteligencia suficiente para distinguir el bien del mal, juzgar no cabe, Jesús nos lleva un paso de ventaja, mira el corazón del hombre. Es decir, se fija en el ser humano capaz de cambio (conversión). ¿Sólo Dios puede juzgar? Sí, porque es todopoderoso, pero es falso en tanto las experiencias de Dios han sido colmadas de gran misericordia.

¿“Y tú no has tenido misericordia de tu hermano? Más que cualquier sacrificio, vales un corazón. Tu interior siente el abrigo de un Dios que te ha mostrado amor y tú sólo deberías soltar palabras de paz, perdón, consideración, respeto y todo los valores que engloba la misericordia.

El corazón proyecta rayos de luz, signos de amor, sangre de alianza, verdad. Sólo la humildad nos puede encaminar a sentir la misericordia de Dios y a testimoniarla sin alarde, sin afán, sin soberbia,… Así de delicada y fina es la misericordia, si crees haberla alcanzado, te falta Dios.

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